Las Ramblas 8:00 a.m. (aprox.)
Acabo de llegar a esa tierra indómita y peligrosa llamada Las Ramblas de Barcelona en el día de Sant Jordi. Mi llegada ha sido en un taxi conducido por todo un artista, un tal Bonsai. Llevo todos los bártulos a cuestas y aún dudo exactamente de donde está mi parada. Tras avanzar con gran esfuerzo varios metros y arrastrar el terrible peso de la inmensa mesa y las cajas llenas de libros… me doy cuenta que mi puesto está bastante más hacia atrás.
Finalmente, tras mucho esfuerzo y una gran pelea con telas negras y precinto, logro montar la parada. Ahí estoy finalmente con mis libros y mis juegos dispuesto a hacer feliz al mundo entero en la celebración del día de Sant Jordi. Pero debía complicarse todo y tengo mi PRIMER ENCONTRONAZO CON LAS FUERZAS DEL ORDEN. Con la policía muy buen rollo, sorprendentemente, ya que estuve escandalizando todo el día gritando barbaridades para llamar la atención. Con quien tuve problemas fue con los que llamaremos los funcionarios.
Los funcionarios...
Los funcionarios consistían en dos jóvenes, un chico y una chica con cara de aburridos. Ellos preferían estar en otro sitio, lo hacían por dinero y sin pasión (como las pu…). Vieron en mí una excusa para que el día se les hiciera más interesante.
A ellos les daba igual como pusiera la mesa, y a mí también, pero el aburrimiento es muy malo. Por ello iniciamos una pelea amistosa en donde insistían en que era mejor que acercara la mesa a la línea y yo me negaba a hacerlo. Estuvimos unas horas con simpáticos piques hasta que acepté mover la mesa si me ayudaban. Tras cumplir la normativa, su día volvió a ser aburrido y monótono, pero el mío justo acababa de empezar…
Empieza el espectáculo
Usando las únicas estrategias de marketing que conozco, es decir, gritar simpáticas barbaridades, logré atraer la atención de muchos transeúntes. Como ya he comentado, a las fuerzas del orden debió parecerles graciosa mi actitud, ya que no fui detenido en todo el día. Frases como Si encuentran un libro mejor que el mío ignórenlo y compren el mío o El mejor libro del universo… que yo haya escrito eran berreadas por mí con una potencia semejante (al menos conceptualmente) a la de Esténtor.
Como vecinos cercanos tenía a los de la CNT, a una enorme casa de venta de libros de saldo y a los de la Dianética, con los que entablé gran amistad. Uno de ellos fue cliente mío el año pasado, aunque este año estaba ausente en dicha parada. Una de las chicas adquirió uno de mis juegos y soportaron mis berridos estoicamente, e incluso con humor.
Y el día sigue
Pasaron varias amistades y personalidades por mi stand a lo largo del día, a los que agradezco su saludo e interés. Firmé libros e incluso algún juego, conocí gente interesante y hice mucha promoción de esta mi nueva web ¿Que más se puede pedir?
De verdad, si se os ocurre algo más que se pueda pedir, no dudéis en ponerlo abajo en los comentarios.
2 comentarios
Fantástica crónica, Manolo!!! Celebro que fuera tan bien la jornada pero echo en falta que ahondes en quien pasó por ahí… Lamento no haberme podido pasar, pero espero verte pronto. Saludos y enhorabuena!!!
Jajajajajaja, es una crónica general, a los visitantes los guardo en “secreto” para mantener la complicidad con ellos 😉