Como comenté en mi última entrada, a veces visito lugares exóticos y curiosos. Cuando me enteré que había una exposición que aunaba las máquinas recreativas y la literatura, tenía que visitarla.
Para dar a conocer a la Casa Seat, acogieron en sus plantas una exposición del artista Alex Peña. Debo advertir que no obtengo ningún tipo de compensación económica de este artículo por parte del lugar ni del artista. Es más, ni me gustan los coches ni me suelen gustar los artistas (sin acritud, solo es que entre artistas solemos odiarnos). Simplemente me ha parecido una grandísima idea digna de ser visitada.
No estoy especialmente familiarizado con la obra de Federico García Lorca, y como yo seguro que hay mucha más gente. Por eso considero estos proyectos de gran importancia. Son estas creaciones las que realmente acercan el arte al público y lo espolean a cultivarse. Generan el interés necesario para que cada individuo, una vez fuera del recinto, sienta un profundo interés personal por investigar y aprender por voluntad propia.
Hasta el cartel tiene su gracia. La mezcla entre antiguos literatos y luminosas máquinas de feria es una mezcla explosiva con un resultado sorprendente.
(Todas estas fotografías son de mi autoría)
No son muchas máquinas. Habrá unas siete en total, repartidas en las tres plantas de la Casa Seat. Nada más llegar nos atiende un joven muy amable. Tomamos las medidas necesarias contra el dichoso Covid-19 ese y vamos a ver las obras.
A la izquierda, una máquina de cambio. A la derecha, un dispensador de preservativos. Sí, tal cual.
En la planta baja había tres máquinas. Una era de cambio, otra una expendedora de preservativos y otra una del tipo Gashapón, como dirían los japoneses (a años luz de nuestras máquinas, quizás algún día les dedique un artículo en mi web).
La típica bola gigante llena de sorpresas donde puede comprarse algún juguete de plástico barato por una moneda, aquí tenía unas características únicas. Para empezar, podías conseguir dentro un poco de la sangre derramada de Leonardo, uno de los protagonistas de la novela Bodas de sangre. También os habréis fijado en el maravilloso juego de palabras entre el título de la novela y lo de Bolas de sangre.
No os preocupéis, que es sangre simulada. Ahora bien, la presentación en bolsa contenedora hospitalaria junto a la etiqueta con las características, le da su toque. Vi que había diferentes grupos sanguíneos. Quizás la sangre de Leonardo no sea la única, y haya otros personajes donantes de sangre a la causa.
En vez de matar marcianitos, te has de defender de los ataques de Dalí. Refúgiate tras los libros y… ¡cuidado con Gala y sus lanzamientos de huevo!
En la planta de arriba se encuentra una máquina del tipo aplasta-topos gratuita para zurrar a las sin sombrero. A parte también puedes disfrutar también del maravilloso arcade de Cadaqués invaders. Una parodia de los clásicos mata-marcianos.
¡Muchas gracias, Alejandro Finisterre!
Y así llegamos a la joya de la corona: un futbolín basado en la obra de Amor de don Perimplín con Belisa en su Jardín, y una magnífica máquina de gancho basada en La casa de Bernarda Alba.
Eché unas cuantas partidas al futbolín, disfrutandolo mucho y saliendo victorioso las más de las veces, sí. Pero lo que realmente disfruté fue la querida grua de Bernarda Alba.
Conseguí estos souvenirs de la máquina. Días después volví a por el que me faltaba: el abanico.
Como podéis ver, procuro divertirme mientras sigo a lo mío. Os insto a visitar esta original exposición que tanto ha llamado mi atención. Pero daos prisa, ya que el sábado 5 de septiembre (es decir, mañana) se acaba. Por lo que he visto, seguramente la muevan a otro lugar, o quizás la prolonguen en Casa Seat. Pero por si acaso…
Por cierto, si os fijáis en el calendario de aquí al lado, podréis ver en este mes de septiembre la fotografía de Antoni, vencedor del concurso por el cual se ha ganó el privilegio de aparecer en él. Podéis felicitarle en sus redes sociales o en mi sección de comentarios.
Igualmente, si conocéis alguna otra exposición interesante o que llame vuestra atención, no dudéis en comentarlo aquí abajo. ¡Gracias por vuestra atención!
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